Justamente este 26 de enero, en el 197 aniversario del natalicio del patricio Juan Pablo Duarte, aún con la oposición impertérrita de importantes sectores sociales del país, el rechazo pasivo y justificado de una buena parte de la población sensata, así como manifestaciones de protestas de los colectivos de izquierda y de grupos populares, ya por fin se proclamó la Constitución.
Esta, nuestra nueva Carta Magna, no es, que se sepa, lo mejor que nos pudieramos dar los dominicanos; pudo ser algo mejor, debio tener una mayor identidad con los intereses sociales y nacionales, con los recursos naturales, con la equidad de género, con la juventud y con nuestro régimen de justicia.
Aún con todos estos entuertos debemos reconocer que esta constitución es el producto de acuerdos políticos consensuados entre los tres partidos mayoritarios del sistema y por tanto la tenemos que aceptarla como buena y válida.
107 diputados y 20 senadores hicieron el quorum para dar inicio a la lectura de los 277 artículos, 19 transitorios y un preámbulo que componen nuestra nueva ley de leyes.
Reinaldo Pared Pérez y Julio César Valentín, presidente y vice presidente de la Asamblea Nacional, respectivamente, dieron inicio a la magna ceremonia con las notas gloriosas del himno nacional y los 21 cañonazos de salva reglamentarios.
El abogado y experto en asuntos constitucionales (PRD), Milton Ray Guevara, afirmó que la nueva ley sustantiva que acabamos de proclamar “es una gran obra colectiva que bien se merece el pueblo dominicano”.
Reinaldo Pared Pérez, presidente de la Asamblea Nacional, por su parte opinó que “la nueva Constitución tendrá mayores garantías ciudadanas, nuevos mecanismos de participación y nuevos órganos e instancias judiciales”.
A juicio del reverendo Reinaldo Franco Aquíno, presidente del CODUE, esta constitución es positiva y progresista porque “El artículo 56 permite a pastores evangélicos oficiar matrimonios civiles, algo que no era aceptado en el pasado instrumento legal”.
Julio Cesar Valentín, presidente de la Cámara de Diputados, expresó que “el presidente Fernández ahora no podrá enviar tropas militares para Haití sin la aprobación del Congreso Nacional (parlamento) porque la recién inaugurada Constitución así se lo prohíbe”.
En el mismo momento en que se daba lectura a la Constitución en estreno, un grupo de organizaciones populares y de la llamada sociedad civil, con el nombre de “Coordinadora Nacional de Resistencia al Retroceso Constitucional”, se presentó de manera pacífica frente a la sede del Congreso para demandar el rechazo y oposición al nuevo documento de leyes que a partir de ahora ha de regir a todo el pueblo dominicano. Según estas fuerzas alternativas, el nuevo reglamento “coloca en alto riesgo de desaparición las áreas naturales protegidas, niega derechos a las mujeres y presenta vicios en su estructuracion".
No obstante los múltiples escarceos escenificados entre los distíntos sectores que convergen en nuestra sociedad, aún con los gatos entre macutos introducidos por algunos y los chantajes vulgares de otros, los dominicanos, con intereses depositados en diferentes canastas, ya podemos decir que tenemos una nueva Constitución.
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