Recientemente, y antes de este refrito informativo, el presidente de la Confederación Dominicana de las Pequeñas y Medianas Empresas (CODOPYME), Isaachard Burgos, se quejó de los pocos incentivos que recibe su sector por parte de las instituciones financieras, tanto públicas como privadas, lo que les impide llevar a cabo el proceso de reconversión industrial que tanto necesita el sector.
Las pymes son parte importante de los llamados cuatro ejes fundamentales del modelo de desarrollo nacional, estos son: turismo, agropecuaria, las pymes e industrias. Razón ésta que plantea la necesidad de una real redefinición de lo que ha de ser el presente y futuro de esta fuente inagotable de producción de empleos en el país.
Estadísticas recientes nos confirman que en la relación empresas-empleos, las pymes aportan un millón 300 mil empleos y las grandes empresas apenas 430 mil. Tenemos un mercado interno muy limitado, una alta tasa de sub-empleos, las cifras hablan de una tasa de 16%, y las grandes empresas (públicas y privadas) no están en la capacidad de generar los empleos que demanda la sociedad.
En el día de ayer fue publicada una información dada por el director de Promipyme, tal vez saliéndole un poco al frente al tenebroso anuncio del FMI, dando cuenta de que esa institución ampliará las facilidades de préstamos para este importante sector de las pymes. Por mi parte digo: ver para creer.
Esas declaraciones, por si solas, no nos ofrecen ninguna seguridad o garantía de que sus palabras se conviertan en realidad, porque muchas veces se ha dicho lo mismo y al final nada pasa. Por la importancia extrema que tienen las pymes se requiere una política especial de crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas.
Mucho se ha escrito sobre la necesidad de que se establezcan políticas financieras de créditos blandos, con flexibilidad de garantías y con menos requisitos para el sector micro empresarial. La cantidad de documentos que debe presentar un pequeño empresario para acceder a un préstamo, es como confesarse con el mismo diablo y al final se quedan entrampados en las redes de los acreedores. De nuevo, como la ley del embudo.
En el país se requieren políticas de créditos solidarios, sin o con poco aval, micro financiamientos que le permitan a esos sectores tomar prestado, invertir en sus negocios o crear pequeñas empresas que le resulten beneficiosas para su propietario y para aquel que le garantiza el préstamo, algo así como un ¨Banco de los Pobres¨ o de los pequeños y medianos empresarios.
Para dar este paso es necesario el sometimiento de un ante proyecto al Poder Ejecutivo para que aprueben la ley de las Pequeñas y Medianas Empresas. Un proyecto de ley que cree el Banco de los Pobres, ya que se ha demostrado estadísticamente que es el sector que mas empleos aporta y que ayuda a la mayoría de las personas de escasos recursos.
El padre del micro crédito, Muhamad Yunus, ha demostrado que los prestamos a las medianas, pequeñas y micro empresas son los que garantizan el mayor retorno de los capitales. En la actual crisis mundial, el Grameen Bank es de los pocos que no ha confrontado problemas y acaba de anunciar que el año pasado obtuvo un retorno de un 97% de todas sus operaciones.
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