El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) obtuvo 31 senadores, el PRD se quedó oliendo donde se guisa y el PRSC ganó la plaza de la provincia La Altagracia, donde Amable Aristy Castro es un rey de reyes y señor de los señores.
La crisis interna provocada por la imposición de candidatos y candidatas súbditos del jefe de la tribu, lo mismo que el desorden poco gerencial que allí persiste, son partes de las razones por las que un partido tan fuerte como el PRD haya podido hacer tan pírrico papel en este proceso eleccionario que recién termina.
Hipólito Mejía había advertido; “haremos un mal papel en la parte congresual, pero sacaremos muchos síndicos a nivel nacional”. ¿Es Hipólito Mejía un gran visionario político o es que sus cálculos ya le daban los resultados de los cargos y posiciones que obtendrían los del nuevo PRD en estas elecciones?, cual sea su realidad, lo cierto es que en este proceso Mejía ha demostrado ser mas estratega político que Vargas Maldonado.
Todos los candidatos a senadores del PRD fueron impuestos por el presidente del partido blanco, Miguel Vargas Maldonado, esta situación creó fuertes rencillas con profundas e incurables heridas que aun después de este papelazo en materia electoral, dudo mucho que las mismas se puedan curar, ahora viene la hora del juicio final para las actuales autoridades perredeistas.
Los tránsfugas, movilizados de parcelas, saltimpankis políticos o como se les llame, todos los que pasaron desde el PRD para el PLD, con juramentaciones y todo en la casa presidencial de la zona universitaria contaron con la anuencia de su líder y guía Hipólito Mejía. A Miguel lo dejaron solo, le sacaron las alfombras y solo los candidatos a síndicos que contaron con el apoyo de Hipólito Mejía fueron electos a sus cargos.
En el PLD, ganador indiscutible del proceso electoral recién pasado, primó la unidad partidaria y la sinergia de equipo para alcanzar el triunfo arrollador que en efecto logró. Nadie se quedó en sus casas y se vieron al presidente Fernández y a Danilo Medina juntos o por separados arengando sus tropas con sus carismas y capacidades estratégicas que los caracteriza.
Hubo provincias que se ganaron por apenas 14 votos y siendo tan estrecho el margen de la disputa entre el PRD y el PLD, demuestra que si no se produce una verdadera unidad partidaria a lo interno del partido morado, nadie sabe la suerte que se hubiese corrido desde el partido en el gobierno y todo esto en medio de una crisis económica, que aun con los augurios de un crecimiento económico de 7.5%, las amplias masas populares se mantienen a la espera de que les caiga algo en sus bolsillos de ese pomposo crecimiento.
Parece que llegó la hora de separar las cáscaras de los granos en el PRD, el momento de juzgar a Miguel Vargas Maldonado por haber llevado a su partido a la derrota mas escandalosa de todo su historia política. Sus adversarios pedirán su propia cabeza y las de los que lo han mal asesorado para provocar el descarrilamiento del tren blanco por este precipicio electoral.
El PLD, por su parte, debe tomar en cuenta que ese voto de confianza congresual que la población le ha dado, de manera abrumadora, no significa en modo alguno que se deba legislar con criterios avasallantes, excluyentes y absolutistas. La democracia debe primar ante todas las cosas. Los pueblos saben juzgar a los ingratos y a los injustos.
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