Un día como hoy de 1813, en la Ciudad
Colonial, Santo Domingo, antigua España Colonial, nace Juan Pablo Duarte Díez. Un
hombre liberal, visionario y activista político dominicano. Este gran hombre
está considerado, junto a Matías Ramón
Mella y Francisco del Rosario Sánchez, uno de los Padres Fundadores de la
República Dominicana. Ideó y presidió la organización político-militar
clandestina La Trinitaria, creada para luchar contra la invasión haitiana y por
la independencia nacional.
Siempre fiel a sus ideales de libertad, Duarte
supervisó y financió la guerra de independencia llevada a cabo por sus
compañeros de lucha, lo que derivó en su ruina económica. Su liderazgo lo
convirtió en blanco de infamias que lo llevaron a ser expulsado de la nueva
nación en varias ocasiones.
Sus ideales democráticos, aunque un tanto imprecisos
por la época en que le tocó vivir, han servido como principios rectores para la
mayoría de los gobiernos dominicanos. Su iniciativa lo convirtió en un mártir
político a los ojos de las generaciones posteriores. La defensa del interés
nacional por encima y en contra de cualquier poder extranjero lo hace ser un
gran nacionalista y digno representante del merito de padre de la patria.
Estamos seguros que si Juan Pablo Duarte estuviera vivo
al día de hoy, se hubiese sentido orgulloso de la postura del presidente Danilo
Medina frente a la empresa canadiense Barrick Gold Pueblo Viejo, también en
cuanto a la gallarda postura del Tribunal Constitucional y su sentencia 168-13
que define el papel del Estado dominicano frente a los extranjeros que residen
en nuestra nación. De igual manera, ante el correcto plan de regulación de
inmigrantes que se plantea el gobierno central dominicano.
Duarte sostuvo fuertes desacuerdos con sectores
conservadores, en especial con el terrateniente Pedro Santana, quien
consideraba inviables las ideas independentistas de Duarte. Sin embargo, hoy existen hombre y mujeres que
bajo en manto perverso de una ONG pagada por organismos internacionales ajenos
al interés patrio, se arrodillan ante el dinero corruptor y como dignos
representantes de Pedro Santana se desgalillan hablando en contra de nuestro
país y de todas las medidas que mantengan en alto la dignidad nacional.
Para los que dicen que Duarte no fue un hombre de
acción y que su activismo se limitaba a la parte teórica gerencial de la lucha
independentista, es bueno aclarar que en 1842, Duarte se convirtió en oficial
de alto rango de la Guardia Nacional, dirigida por el Gobierno haitiano. En
1843 participó en la Revolución Reformista contra la dictadura de Jean Pierre
Boyer, quien amenazaba con invadir la parte occidental de la isla con intención
de unificarla.
El 16 de julio de 1838 Duarte fundó la sociedad secreta “La Trinitaria”, esta era
algo así como una estructura político-partidaria que ayudó a socavar la base de
la ocupación haitiana. Algunos de sus primeros miembros incluyeron: Juan Isidro
Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María
Serra, Benito González, Felipe Alfáu y Juan Nepomuceno Ravelo (más adelante se
unirían Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, adquiriendo un rol
protagónico junto a Duarte).
Dos años más tarde, en el 1840, fundaron la Sociedad “La
Filantrópica” con el fin de adoctrinar y propagar las ideas nacionalistas. Esta
sociedad jugó un papel importante en la lucha por la Independencia, pues a
través de ella fueron escenificadas piezas teatrales que indirectamente
criticaban el orden establecido. Mediante esta entidad los trinitarios
realizaron una importante labor de propaganda política.
Luego de haber sido obligado a salir de su tierra en condición
de exiliado político, Juan Pablo Duarte arribó a Santo Domingo el 15 de marzo
de 1844, días después de haber sido declarada la independencia nacional,
cargado con las armas que había comprado en Curazao con el dinero de su propia
familia y siendo recibido apoteósicamente como Padre de la Patria. De
inmediato, fue designado general del ejército y vocal de la Junta Central que
gobernaba la naciente república.
Desafortunadamente y como ley de vida, Duarte, muere el 15 de julio de 1876, en Caracas,
Venezuela. Podemos decir En Alta Voz que el pensamiento y la acción que nos dejó como legado histórico nuestro padre
de la patria, Juan Pablo Duarte, hoy están siendo seguidos por los buenos y
verdaderos dominicanos. Al igual decir que el bochornoso comportamiento del
vende patria, Pedro Santana, tiene sus seguidores en los malos e indignos
dominicanos que por unas cuantas monedas ofenden y traicionan como Judas el
interés patrio.
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