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Liderazgo vs Clientelismo - Gobernanzas

jueves, 23 de enero de 2014

El carisma de utilidad social - Gobernanzas



Diversos tratadistas y expertos de la sociología han abordado el tema del carisma a través del tiempo, y  tanto ayer como hoy tenemos valores con patrones distintos por los cuales definir el verdadero carisma de un líder, así como el significado de su utilidad social frente a su entorno político-partidario y la sociedad en sentido general.

Como no se puede hablar de carisma sin partir de sus orígenes y su etimología, debemos dar una mirada retrospectiva a los llamados 7 dones divinos que son: sabiduría, conocimiento, inteligencia, consejo, fortaleza, piedad y temor a Dios. Estos dones son la raíz o el punto de partida de los 20 carismas conocidos hasta hoy, entre los cuales están la Hospitalidad, la limosna, la coordinación, el pastoreo y la dirección, entre otros.

Queremos advertir, sin embargo, que existe un punto de inflexión o convergencia entre el Don y el Carisma. Y se trata justamente del punto o nivel donde se encuentran o hacen transferencia el Carisma del líder que preside las palabras y que invita a sus fieles a cerrar sus ojos, levantar sus manos y seguirle ciegamente o aferrados a la fe divina que los conmueve y congrega en su Secta, Iglesia, partido político o grupo social. Y el Don de la Fe que hace a los congregados o militantes  creer ciegamente en las palabras o discursos de su orador y guía que los arenga con su mensaje político o espiritual.




El carisma puede ser de utilidad pública, de servicios sociales, como también de satisfacción del ego individual o de favorecer prácticas letales. Basta con analizar los carismas que encarnan líderes de extremos opuestos como Adolfo Hitler y Mahatma Gandhi o Nelson Mandela y Osama Bin Laden, para saber que el término carisma parte de distintas variables y variopintas apreciaciones. En distintas épocas hemos visto a líderes carismáticos manipular a millones de hombres y mujeres que les siguen por fe ciega, convicción política, por su fuerza de poder o por su apego a principios éticos y morales.

El sociólogo alemán, Max Weber, señala en diversos textos lo siguiente: “el carisma surge de la relación del líder con sus seguidores”... algunas figuras excepcionales han revolucionado la política por la fuerza de su personalidad, porque su carisma es un don que los aparta de los hombres ordinarios y comunes”, pero además agrega: “el carisma perdura solo hasta que se identifique y sea capaz de satisfacer a sus seguidores”.

Los primeros analistas y exponentes del carisma han señalado que éste es un don o gracia que tiene o adquiere el hombre, que solo debe usarse para el bien común y servir a los demás, ya que los mismos son dones que se dan y se quitan. Los seguidores, adeptos, lacayos o correligionarios siguen de cerca las actitudes de sus líderes y cuando estos no les satisfacen sus necesidades o dejan de llenar sus expectativas, entonces se apaga la magia y el carisma desaparece.

Aunque el talento es natural y el carisma es adquirido, existen líderes poseedores de estas dos cualidades, y cuando esto sucede entonces se convierten en hombres excepcionales o prohombres. Es importante resaltar En Alta Voz que aun cuando en el mundo han existido diversos lideres carismáticos de ideologías y criterios diferentes, hay algo en común, todos usan la persuasión como arma fundamental para alcanzar sus propósitos.



Adolfo Hitler, por ejemplo, llegó al poder por medio de unas elecciones y sus discursos para justificar sus crímenes eran electrizantes y provocaban frenesí en sus seguidores. Osama Bin Laden, de su lado, utilizaba el carisma mesiánico para lograr sus metas letales, siempre usaba la persuasión y jamás la coerción con sus seguidores.

Es bueno resaltar que en nuestro país, y de manera particular en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se ha dado una polémica interesante respecto a los carismas del ex-presidente Leonel Fernández y del actual mandatario Danilo Medina. Dos lideres carismáticos con visiones y comportamientos totalmente diferentes. Veamos algunas notas.

Al ex-presidente Fernández le resaltan los dones carismáticos de la inteligencia y la sabiduría, estos, adheridos a su alta capacidad intelectual, lo que combinado con el uso de la retórica discursiva y el buen arte de la “cotorra”  como diría un buen dominicano, indudablemente todo esto le genera una aceptación impresionante, tanto en su Partido de la Liberación Dominicana como en la población nacional.

El actual presidente Danilo Medina, de su parte, además de la sabiduría, el conocimiento y la inteligencia, es poseedor del don originario de usar el carisma para servir a los demás. Indiscutiblemente que esas cualidades naturales y adquiridas de este estratega político dominicano, así como su gran sensibilidad social y su convicción boschista de servir al partido para servir al pueblo, lo han  llevado a dirigir los destinos del país, aunque en la época en que reinaba el león, a Medina le acusaban sus detractores, de no ser un hombre carismático al estilo de Fernández. Y muchos de aquellos que ayer le maltrataban hoy se rinden ante sus pies. A ellos Medina siempre les decía: “cada maestro con su librito y yo tengo mi propio estilo de hacer las cosas”.

Amigos y amigas, dos ejemplos prácticos y locales de conocer la diferencia entre el carisma cosmético del buen hablar y el carisma funcional de utilidad social.  

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