En el Partido de la Liberación Dominicana (PLD),
coexisten dos fuerzas políticas que de manera inteligente y estratégicamente
bien manejadas se disputan la supremacía de la conducción, del pensamiento, de
la acción y por qué negarlo, de los cargos electivos, administrativos y hasta
de la identificación o rechazo de su líder guía, el profesor Juan Bosch.
Está a la vista de todos, y eso lo saben hasta los
chinos de Bonao, que el Dr. Leonel Fernández Reina, se identifica más con el pensamiento y la acción del líder y caudillo
ilustrado, Joaquín Balaguer; mientras que Danilo Medina, es un autentico
representante y alumno aventajado del líder y guía de su partido, el profesor
Juan Bosch. Es ahí la génesis del conflicto interno en esa organización
política.
Lo más importante de todo esto radica en que estos dos
titanes de la política criolla son unos veteranos estrategas y saben manejar
sus diferencias, lo que según el dicho popular “saben lavar su ropa en casa”. Es que
esta gente tiene visión de poder y conoce los
conceptos dialécticos del filósofo Alemán Hegel sobre “la unidad y lucha
de los contrarios”, esencia originaria
designaba al método de conversación o argumentación análogo a lo que
actualmente se llama lógica.
Y es que en
lógica, la validez es una
propiedad que tienen los argumentos cuando las premisas implican la conclusión.
Y como “la lógica de las cosas vale más que cualquier otra lógica”. Es por
tanto, que la lógica fundamental de Danilo y Leonel es que ambos son los
cabezas y guías de una poderosa estructura político-partidaria de poder y para
el poder, por lo tanto la lógica secundaria de sus diferencias argumentativas
deduciblemente valida es que ambos tienen la responsabilidad compartir el timón
del tren morado para garantizarlo en el poder por encima de sus figuras, de sus
diferencias y bajo sus sombras y cobijas.
La recién pasada escogencia de los nuevos miembros del Comité Político
del PLD dejó clara la recomposición de fuerzas que se verifica a lo interno de
esa organización política. De 8 nuevos puestos a escoger, Danilo Medina se
llevó 7 y el 8vo. (Radames Jiménez) pasó porque esas filas danilistas así lo
quisieron. Leonel Fernández, un hombre de alta visión política, conocedor del
Estado y del manejo de los hilos del poder, no trató jamás de retorcer las
cosas ni mucho menos de imponer a las fuerzas sus seguidores, para muestra
basta el botón de Félix Bautista, quien se quedó fuera del CP y todo el mundo
sabe lo que esto significa en términos políticos para el expresidente
Fernández.
Para los buenos estrategas de la política, las derrotas internas o de
batallas circunstanciales no se deben convertir en derrotas de guerra. Leonel y
Danilo saben muy bien que la gran batalla está afuera y en la acera del frente.
Su lógica les indica que sus pertrechos y municiones deben ser guardados para
usarlas con las huestes del PRD, principal partido de oposición que aun con sus
luchas intestinas irremediables entre Hipólito y Miguel, ha demostrado ser un
partido que se sabe recomponer de las peores debacles y resurgir de las
cenizas.
Que todo este proceso pasara como realmente pasó, demuestra que los
jefes del PLD, Leonel Fernández y Danilo Medina, están preparados para mantener
su partido en el poder por los siglos de los siglos. Imagínense ustedes lo que
hubiese pasado en el PRD en una contienda de tanta envergadura como la que
acaba de pasar en el partido morado de la estrella amarilla.
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