PUERTO PLATA.-El ministro de Turismo, Francisco Javier García Fernández, ha soltado en banda el destino Puerto Plata dejando sin cumplir una serie de proyectos que prometió, entre las que se incluye el rescate del Centro Histórico y el Anfiteatro de la puntilla del malecón.
Asimismo, dejó sin concluir los alcantarillados sanitarios de Puerto Plata y de Cabarete, los cuales fueron iniciados durante la gestión de Félix Jiménez y continuados de manera timorata por el actual incumbente del Ministerio de Turismo, dejando enterrados de manera medalaganaria cerca de RD$600.0 millones.
El argumento esgrimido para defraudar la palabra empeñada por el funcionario es que si se ejecutaran las obras prometidas, esa acción no le adicionaría un solo turista al destino Puerto Plata, porque no tendrían ningún tipo de incidencia persuasiva en el ánimo de los touroperadores para motivarlos a traer turistas.
Mayúscula irresponsabilidad del titular de Turismo, porque se limita a escurrir el bulto, pero no recomienda ninguna propuesta alternativa que a su juicio pueda realmente contribuir a que Puerto Plata vuelva a ocupar un lugar privilegiado entre los touroperadores internacionales.
Con su actitud, el responsable del organismo rector de la industria de la hospitalidad lo que le dice a Puerto Plata: "El que no se pueda apear, que se tire", asumiendo una actitud que reniega de su responsabilidad de propiciar el desarrollo de la industria sin chimenea en todo el territorio nacional con vocación turística.
A pesar de que Francisco Javier García sabe que el empresariado turístico local está prácticamente en quiebra, salvo unas pocas excepciones, quiere que ese sector agobiado por las pérdidas y por las deudas, mientras que él abandona su responsabilidad como ministro de Turismo y que los dueños de negocios turísticos asuman toda la responsabilidad de sacar del hoyo este destino.
Nadie como García sabe que los empresarios turísticos de este centro vacacional no pueden pagar ni un relacionador público para que mantenga la buena imagen del destino, mucho menos pueden realizar inversiones para mejorar sus propiedades, servicios, alimentos, bebidas, ni la recreación, porque las tarifas que cobran por las habitaciones son ruinosas.
Las obras de infraestructuras, como carreteras, alcantarillados sanitarios y otras que tienen que ver con el mejoramiento del entorno de los hoteles tienen, obligatoria y necesariamente que ser construidas por los gobiernos centrales y municipales de la provincia de Puerto Plata.
Del mismo modo, la promoción nacional e internacional del destino tiene que asumirla en su totalidad el Ministerio de Turismo, mientras Puerto Plata no se recupere a plenitud y el empresariado turístico oxigene sus cuentas bancarias con ganancias derivadas de sus operaciones.
Si las inversiones hechas por el gobierno del presidente Leonel Fernández no surtieron el efecto deseado de recuperar el destino Puerto Plata, fue porque no fueron bien hechas o fueron insuficientes. Sea una cosa o la otra, o como consecuencia de ambos factores, la culpa no es de los puertoplateños, sino del Ministerio de Turismo que debió haber hecho un estudio previo para determinar qué realmente lo que se requiere para relanzar el destino pionero del turismo nacional.
Si Francisco Javier García no puede asumir de manera responsable sus funciones de ministro de Turismo, lo aconsejable es que no aspire a que el próximo presidente de
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