Danilo y su orquesta gubernamental

Por Jesús Belén 

Conciente de que la Planificación Estratégica es la mejor herramienta para ayudar a un gobernante a realizar una buena gestión manteniendo el control total de su organización y garantizando que todos sus miembros concentren su energía y recurso en torno a un mismo objetivo, Danilo Medina ensambla su propio gabinete y esquematiza su plan de gobierno comparándolo con las partituras de una obra musical.

Las notas o tonos musicales son tan sólo siete, según la cultura occidental, y lo que diferencia a las buenas de las malas piezas musicales es la combinación y la creatividad del maestro o director de la orquesta al momento de representar los tonos con los que se han de obtener las melodías musicales, que es el producto de saber combinar el sonido con el tiempo.

Danilo quiere que sus músicos, los hombres y mujeres que participarán de su orquesta gubernamental, deban sonar al mismo tiempo (acordes) y con patrones rítmicos determinados. Es por esto que en reiteradas ocasiones, en su campaña electoral, hacia advertencias sobre las partituras musicales, como las figuras o signos que indican la duración de una nota. Es precisamente en esta parte donde ciertos músicos desafinan o desentonan dañando toda la pieza melódica.

Habiendo percibido de antemano, en su mente y corazón, el tipo de melodía que desea sacar de la pieza que entiende lo ha de inmortalizar ante su gran publico, su país, éste maestro de la política y la economía, como un director de orquesta, combina con mucha precisión las siete notas musicales en los cuatro espacios de su pentagrama estatal para hacer gala, ante el auditorio nacional, de su magna pieza de gobierno. 

El electo presidente de la República, Danilo Medina, se ha preparado para ser director de una gran orquesta gubernamental con calidad, no un "combero" que arma sus "picoteos" con un "ven tu" y "vamo? al mambo ata que salga el sol". Advierte a los músicos que aspiran ser miembros de su staff orquestal, que se toma tiempo en su "casting" porque no quiere músicos de oídos ni "mamberos desafinados" que vayan a dañar su gran inspiración artística frente al Estado.