Por Jesús Belén
El presidente Leonel Fernández demostró que decir adiós es difícil cuando al momento de despedirse en su primer periodo de gobierno (1996-2000) en un acto en el Palacio Nacional, lloró en público cuando un niño interpretó la canción “Cuando un amigo se va”, recuerdo que eso provocó todo tipo de conjeturas y que las razones que motivaron sus lagrimas quedaron en nebulosa.
Siempre se ha dicho que enfrentar la despedida es duro, a sabiendas de eso, los grandes estrategas de la historia recomiendan comenzar a prepararse para despedirse desde el primer día que se ocupa un cargo que se sabe tiene una fecha limite para su estadía, esas lágrimas del Presidente en aquella ocasión sin importar cuál de la conjeturas era la acertada, lo que sí indican es que no se había preparado para entregar las riendas del estado una vez llegada la hora cero.
En este caso, cuando le ha tocado prepararse para una transición de mando elegante y sin traumas, el presidente luce que está pasando lo mismo que en aquella ocasión y luego de haberle agotado todas las tácticas dilatorias que mente alguna puedan imaginarse, surge con un invento que rompe con todas las expectativas y dejando perplejo al más imaginativo de los creadores de campañas publicitarias.
Pues eso es el proyecto de su esposa Margarita, un invento de muy mal gusto que al primero que pone en entredicho es al propio Presidente ya que pasa por alto a los demás precandidatos, todos con años de sacrificios y preparación en un partido que ha sabido barajar toda clase de vicisitudes en la oposición.
Quiero concluir este ensayo periodístico con la siguiente reflexión: nuestro Presidente es todo lo que sus compañeros saben desde el principio, un hombre con decisiones extraordinarias como lo ha demostrado a través del tiempo, que como hombre al fin es humano, tiene debilidades, no es perfecto y probablemente este muy impactado por las acciones de sus áulicos y alabarderos, esos mismos que están intentando llevarlo al triste escenarios antihistórico de: ahora Margarita, luego él y más adelante su hijo Omar. Por Díos, Cuál es el límite de esta gente?
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