Las sabidurías del príncipe

Por Jesús Belén

Las sabias palabras del presidente Leonel Fernández en su discurso a la nación del pasado viernes, declinando aspirar a una nueva repostulación para el año 2012, han de ser consideradas como una pieza trascendental, corta y sustanciosa, pero que lo catapulta en el firme altiplano de su mandato.

Momento en que el presidente Leonel Fernández se dirigía a la nación

El gobernante demostró conocer el arte de manejar el poder y qué hacer para preservar su liderazgo político. Sus cortesanos quedaron complacidos al darle un voto de lealtad y veneración. Sus oponentes fueron neutralizados ante tan inesperada decisión y la sociedad política recobró la calma y su estabilidad emocional. Leonel preparó una retirada con clarinetes y redoblantes.

En realidad, el presidente sabía muy bien que no podía mantenerse en el poder más allá del 2012. No contaba con los números (cantidad de legisladores) para modificar la recién promulgada constitución, que además es su hija natural. Las condiciones económicas nacionales e internacionales no le ayudaban.

¿Qué hacer ante semejante situación? Fernández dio cátedra de saber aplicar algunas enseñanzas del príncipe en cuanto a su fin de mantener su principado, conocer el ejército de que dispone, definir la relación entre el príncipe y su principado, cerrarle el paso a otros gobiernos (otro partido), en saber ser amado y ser temido y finalmente sobre como actuar ante sus consejeros y sus cambios.

No cabe la menor duda de que el primer mandatario fue el autor intelectual del montaje de esa magna obra que contó de varios capítulos y distintos escenarios. Apoyo de los 25 senadores en el Palacio Nacional. Mítines de apoyo a su repostulación, vallas, afiches, spot de radio y televisión y finalmente el acto de los 2.2 millones de firmas en el Palacio de los Deportes.

Fernández tenia como fin demostrar que él es el líder del partido morado, que ha sido el protagonista de los 6 triunfos electorales del PLD, que esas firmas son los números que marcan su simpatía en la organización que fundara el profesor Juan Bosch y que las va a prestar al quien salga electo candidato presidencial de su partido para que con ellas gane las elecciones del 2012. Para tales fines utilizó todos los medios a su alcance. Lo logró.

Comité Político del PLD en una de sus reuniones

Ahora conviene al PLD demostrar una vez más el civismo y disciplina que le caracteriza en la celebración de sus primarias internas. Observar el feo ejemplo que está dando al país el bicéfalo PRD. Todos los candidatos deben correr en las primarias y finalmente marchar todos unidos a respaldar el que salga electo su candidato presidencial.

En su historia, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), desde su fundación, ha dado muestra de ser un partido disciplinado, con una dirección monolítica y consensuada. Su Comité Político, organismo supraestructural, decide el rumbo de la organización y sean cuales sean sus contendores internas en momentos de primarias sabe recomponerse rápidamente y librar sus batallas electorales de manera unificada.