Por Jesús Belén
Acabamos de cruzar un gran charco económico, social y político con aquel año 2011. Lamentable crecimiento de los flagelos del narcotráfico, violencia colectiva y lavado de efectivos. Empero, podemos decir que nuestras autoridades dieron pasos importantes en materia institucional, combate a la delincuencia generalizada y en la búsqueda de nuevas perspectivas a través de una Estrategia Nacional de Desarrollo.
Este será un año electoral. El escenario esta concentrado en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Ambos partidos tienen ya sus respectivos candidatos a la presidencia y vicepresidencia, las fuerzas políticas minoritarias o emergentes ya están tomando sus decisiones con tiempo. Y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), por lo visto, dará su total apoyo al PLD.
El PLD está total y absolutamente unificado en torno a su candidato presidencial, Danilo Medina, quien lleva como compañera de boleta a Margarita Cedeño de Fernández, la esposa del presidente de la república, Leonel Fernández. A partir de este mes de enero el candidato del partido oficial ha anunciado la salida de tres grandes frentes electorales para garantizar su triunfo en primera vuelta.
En los predios del PRD la situación no luce con igual claridad. El candidato del partido blanco, Hipólito Mejía, debe ganarse el apoyo del presidente de su partido, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, del que se sabe no le está respaldando y se rehúsa a reunirse con el expresidente Mejía. Los del PRD deben saber que sin unidad partidaria no hay posibilidad alguna de triunfo electoral.
La escogencia y juramentación de los jueces de las altas cortes ha sido ponderada de manera positiva por los principales partidos políticos del país, por importantes segmentos de la sociedad civil y por el empresariado nacional. En la composición de las llamadas altas cortes se ha observado la cercanía existente entre el presidente Fernández y Miguel Vargas Maldonado, como lideres del PLD y el PRD, respectivamente.
Los conflictos en el centro de cómputos de la Junta Central Electoral, la selección de las altas cortes y la valoración a la gestión gubernamental en distintos aspectos, han sido eventos y escenarios para evidenciar las diferencias profundas entre Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado. Estos hechos evidencian que el PRD, de Miguel, no apoya el candidato Mejía, cada uno anda por su lado y con su agenda particular.
Cabe destacar que los próximos cinco meses de este año que recién comienza, serán de gran activismo político electoral. El PRD se ha empeñado en difundir a través de sus voceros que ellos no soportan cuatro años más fuera del poder. El partido de gobierno y su candidato, Danilo Medina, han prometido al país que ahora viene un gobierno enfocado en los planes sociales y con grandes promesas para las clases más empobrecidas.
Por lo que se puede apreciar, ambos partidos tienen propósitos y planes para los próximos cuatro años. Por un lado, de aferrarse al poder para continuar con su agenda de gobierno, en el caso del PLD, y por otro lado, de llegar al poder so pena de que de este cuatrienio dependerá hasta su propia existencia como organización política partidaria.
Corresponde a la sociedad dominicana, a sus más de cinco millones de electores que acudirán a los distintos centros de votación este próximo 20 de mayo, escoger a las nuevas autoridades que irán al Palacio Nacional a partir de 16 de agosto venidero a dirigir los destinos del país, la suerte está echada, que gane el mejor.
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