Por Jesús Belén.
Cabizbajo, triste y atribulado, caminando solo por un estrecho camino vecinal, como pidiendo perdón por los males causados al país durante sus cuatro años de desastre gubernamental, se ve al candidato del PPH, Hipólito Mejía, en uno de sus spot televisivos de su desacertada campaña electoral. Mejor no podía ser.
Y se podría preguntar el lector, por qué afirmo que mejor no podía ser? Si paradójicamente es tan estratégicamente mala esa campaña publicitaria que le han preparado al candidato del PPH sus sabelotodo responsables del equipo estrategia de marketing de su candidatura presidencial.
Al igual que cuando en el lenguaje marxista se dice “lo bueno de la situación es lo mala que se está poniendo” y que “hay que agudizar la contradicción del sistema para salvar al país”, podemos decir que lo bueno de la mala campaña publicitaria del equipo del candidato de la oposición es que refleja su triste y penosa realidad de derrota electoral.
Caminar con la cabeza baja en toma de picado y cuesta abajo por un angosto camino que conduce hacia una curva estrecha, sin un panorama de horizonte que anuncie algún futuro o esperanza, manos atrás (como atado), con voz apesadumbrada como presagiando el panegírico que se ha de leer, como un “réquiem in pace” de su candidatura, así se ve reflejado Mejía en su spot televisivo.
Su soledad es real. No tiene apoyo del presidente de su partido, Miguel Vargas Maldonado, nueve diputados le apoyan y cuarenta y tres le adversan a lo interno de su partido. Sin representación institucional ante los organismos oficiales del país. Desautorizado para hablar a nombre del PRD, no cabe duda, Hipólito está solo.
Atado de pies y manos. Sin poder actuar legalmente porque no tiene el sello gomígrafo del partido, sin dinero para su campaña electoral, con apoyo casi nulo del sector empresarial a los que él mismo ayudó a quebrar. Extraditado uno de sus más fieles soportes económicos por vínculos con el narcotráfico, la suerte de Hipólito es negra.
Su tristeza se debe a que, entre otras cosas, para ganarle a Miguel la convención de su partido tuvo que aliarse a Luis Abinader y dar de antemano la candidatura vicepresidencial, pero ahora éste no le suma nada a su candidatura hacia fuera del PRD, los de Vargas quieren la vicepresidencia pero ya no es posible tal maniobra, si lo hace es malo y si no lo hace es peor, está jodido Hipólito.
Lo de muy cabizbajo, es producto de que todas las encuestas creíbles ya lo dan perdedor y la percepción de la población dice que Danilo Medina ganará en primera vuelta con un 52 por ciento. Hipólito inició su campaña en su techo de crecimiento y promovió todas las encuestas que lo situaban arriba, ahora que las mismas firmas dan a Danilo por encima ya no cree en esa firmas encuestadoras ni en sus resultados.
La situación de Hipólito Mejía es como para colgar los guantes y rendirse antes del iniciar la pelea para que le declaren un nocaut técnico, pero no, debe enfrentarse a Danilo y recibir su pela electoral en primera vuelta, el pueblo quiere que Mejía huela el polvo de la derrota frente a Danilo Medina a quien coronarán con su voto masivo como el próximo presidente de la república.
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