Por Jesús Belén
El Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que dirige Miguel Vargas Maldonado, no tiene candidato. El candidato presidencial del PPH, Hipólito Mejía, no tiene partido. Eso ya lo hemos dicho en entregas anteriores, sin embargo, los últimos acontecimientos parecen profundizar la división existente entre esos dos sectores antagónicos en el partido blanco.
Frente a la polémica sobre la Junta Central Electoral, donde el grupo de Hipólito Mejía, buscando crisis hasta donde no la hay, quiere la renuncia de Franklin Frías y se opone a toda salida institucional, el presidente y el secretario General del PRD, Miguel Vargas Maldonado y Orlando Jorge Mera, respectivamente, desautorizaron a los de Mejía y dicen que buscan una salida en base al dialogo y no al conflicto.
Ahora la JCE acaba de culminar con éxitos la primera prueba del sistema de cómputos, los que funcionaron en más de un 98%, al tiempo que ya le ha sido aprobada la solicitud que le hiciera ese organismo electoral a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que supervisen el centro de cómputos y las elecciones del 20 de mayo próximo.
Lo mismo pasó con el tema de las Altas Cortes, donde el grupo de Hipólito Mejía objeta a los doctores Mariano Germán y Luciano Pichardo, pero igual, Miguel Vargas Maldonado y Orlando Jorge Mera desautorizaron a Mejía a hablar a nombre del PRD. Afirmando que sólo ellos pueden representar oficialmente la institución que dirigen.
Hipólito Mejía estuvo visitando al licenciado Hatuey Decamps a su residencia y al juzgar por las palabras de este último, al término del encuentro, de que hablaría con Miguel Vargas, todo parece indicar que Mejía busca de manera desesperada un apoyo de Miguel y su gente pero este está renuente a respaldarlo, toda vez que se enteró de que el candidato lo echaría del PRD en caso de ganar la presidencia de la República.
Días antes, Hipólito Mejía se destapaba ante oficiales militares retirados que apoyan su proyecto presidencial con la afirmación de que él no tiene la patología de la libertad y que, por lo tanto, apoya algunos de los métodos empleados por la dictadura de Trujillo, como por ejemplo, el servicio militar obligatorio. Por lo visto y oído, Hipólito Mejía nos quiere retrotraer a los tiempos de la caverna política y a la conculcación de las libertades.
Mientras todo esto pasa por los predios de la oposición, el candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina y su candidata vicepresidencial, Margarita Cedeño de Fernández, han logrado compactar todo su partido en torno a sus candidaturas y lograron hacer, como cierre de año, la marcha más grande realizada en la historia política democrática del país.
La segunda semana de enero estarán de nuevo en las calles los candidatos y sus partidos, claro, en el caso de Hipólito, con una parte de su partido. La población tendrá de nuevo ante sí las dos propuestas políticas para dirigir los destinos del país. Un partido unido para gobernar con estabilidad y un partido dividido para tratar de llevarnos al caos y al desorden.
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