Por Jesús Belén
El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) sobrepasó algunos escollos que amenazaban con dividir esa organización política en la celebración de su convención interna del pasado 6 de marzo. Hipólito Mejía ganó la puja interna por la candidatura presidencial y fue proclamado finalmente el 8 de mayo. Empero, se rumora que no se ha producido una integración sincera entre ambos grupos para buscar la presidencia de la república en el año 2012.
Algunos dirigentes del partido del jacho blanco, así lo llamaba Peña Gómez, seguidores del ingeniero Vargas Maldonado, entienden que ellos deben quedarse de brazos cruzados para pagarle a Mejía con la misma moneda que éste y su equipo le pagaron a Miguel en las elecciones del 2008 y del 2010, donde según se dice, los de Hipólito no solo se quedaron en sus casas sino que muchos hasta votaron por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
La convención del PRD fue sumamente concurrida, a juicio de sus organizadores en la misma se dieron cita más de un millón de personas. Indudablemente las base del perredeísmo quieren volver al poder y comer caliente, cosa que los intereses grupales no lo entienden así siempre que sus intereses grupales y personales se vean afectados.
Ahora el gran dilema del PLD está en cómo lograr que en el proceso interno para la selección de su candidato presidencial para mayo del 2012 sea mucho más concurrido que el del PRD. Como algo paradójico, resulta que en el PLD y para su próximo candidato presidencial, Danilo Medina, las cosas están tan dulces que pudieran empalagar un poco.
A Danilo todo le esta saliendo a pedir de boca. Despejadas todas la dudas sobre la repostulación de Fernández, la amenaza de la Primera Dama Margarita Cedeño de Fernández, la declinatoria del vicepresidente Rafael Alburquerque, el apoyo de los distinguidos miembros del Comité Político (CP) del PLD, de los senadores y diputados neutrales, de los síndicos y regidores, en fin el respaldo total de todo el partido.
Lo difícil y amargo que podría resultar de lo extremadamente dulce y favorable que ha resultado este proceso para Danilo, es que por como van las cosas los altos mandos del PLD no creen necesaria la celebración de las primarias en el partido morado y plantean proclamarlo ya candidato presidencial por consenso.
Para los estrategas de Danilo Medina y para él mismo la celebración de las primarias del 26 de junio es de carácter vital. Por un lado para expresar su gran aceptación a lo interno del PLD presentando el 90% que podría alcanzar como su carta de triunfo frente a Hipólito y lograr que la de su partido sea más concurrida que la del PRD recurso valido para el arranque de su candidatura.
Algunos dicen que al presidente Fernández y su equipo político no les interesa la celebración de las primarias por aquello de que si Danilo obtiene el porcentaje que se espera debe sacar en las primarias el liderazgo del mandatario se podría ver mermado y empequeñecido por el gran empuje de Medina. Esto es muy relativo y no está en la cabeza de Danilo Medina.
Medina ha reiterado que quiere la celebración de las primarias del PLD y que no quieren que lo proclamen candidato presidencial por consenso. Para el estratega, economista y político de fino olfato no se le puede impedir a los demás precandidato el derecho que tienen de terciar en la lucha interna de su partido porque eso seria antidemocrático y violentaría los reglamentos electorales de su partido.
Lo cierto es que el gran dilema en que se encuentra el precandidato presidencial Danilo Medina no pone en entredicho de ninguna manera su clara realidad, su triunfo en la contienda interna del PLD. De lo que se trata es de saber con cuánto ganaría las primarias o si se produce su proclamación por consenso sin dar más vueltas al asunto.
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