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Liderazgo vs Clientelismo - Gobernanzas

viernes, 19 de julio de 2013

El carisma de utilidad social

Por Jesús Belén


Diversos tratadistas y expertos de la sociología han abordado el tema del carisma a través del tiempo y  tanto ayer como hoy tenemos valores con patrones distintos por los cuales definir el verdadero carisma de un líder en su entorno político-social y frente a sus seguidores.

Como no se puede hablar de carisma sin partir de sus orígenes y su etimología, debemos dar una mirada retrospectiva a los llamados 7 dones divinos que son: sabiduría, conocimiento, inteligencia, consejo, fortaleza, piedad y temor a Dios. Estos dones son la raíz o el punto de partida de los 20 carismas conocidos hasta hoy.

El carisma puede ser de utilidad pública, de servicios sociales, como también de satisfacción del ego individual o de favorecer prácticas letales. Basta con analizar líderes de extremos opuestos como Adolfo Hitler y Mahatma Gandhi o Nelson Mandela y Osama Bin Laden, para saber que el término carisma parte de distintas variables y apreciaciones. En distintas épocas hemos visto a hombres carismáticos manipular a millones de hombres y mujeres que les siguen por fe ciega, convicción política, por su fuerza de poder o por su apego principios éticos y morales.




El sociólogo alemán, Max Weber, señala en diversos textos lo siguiente: “el carisma surge de la relación del líder con sus seguidores”... algunas figuras excepcionales han revolucionado la política por la fuerza de su personalidad, porque su carisma es un don que los aparta de los hombres ordinarios y comunes”, pero además agrega: “el carisma perdura solo hasta que se identifique y sea capaz de satisfacer a sus seguidores”.

Los primeros estudiosos y exponentes del carisma han señalado que este don o gracia que tiene o adquiere el hombre, solo debe ser usado para el bien común y para servir a los demás, porque estos son dones que se dan y se quitan. Los seguidores siguen de cerca las actitudes de sus líderes y cuando no les satisfacen en sus necesidades, entonces se apaga la magia y el carisma desaparece.



Aunque el talento es natural y el carisma es adquirido, existen líderes poseedores de estas dos cualidades, y cuando esto sucede entonces se convierten en hombres excepcionales o prohombres. Hay un punto de encuentro entre ambos, todos usan la persuasión como arma fundamental para alcanzar sus propósitos.

Adolfo Hitler, por ejemplo, llegó al poder por medio de unas elecciones y sus discursos para justificar sus crímenes eran electrizantes y provocaban frenesí en sus seguidores. Osama Bin Laden, por su lado, utiliza el carisma mesiánico para lograr sus metas letales, siempre usa la persuasión y jamás la coerción en sus seguidores.

Es bueno resaltar que en nuestro país, y de manera particular en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se da una polémica interesante respecto a los carismas del presidente Leonel Fernández y de Danilo Medina. Dos lideres carismáticos con visiones y comportamientos totalmente diferentes.


Al presidente Fernández le resaltan los dones de la inteligencia y la sabiduría, esto adherido a su alta capacidad intelectual, lo que combinado con el uso de la retórica discursiva indudablemente le granjea una aceptación impresionante tanto en su partido como en la población.

Danilo Medina, de su parte, además de la sabiduría, el conocimiento y la inteligencia, es poseedor del don originario de usar el carisma para servir a los demás. Indiscutiblemente que esas cualidades naturales y adquiridas de este estratega político dominicano, así como su gran sensibilidad social y su espíritu boschista de servir a los más necesitados, lo han de llevar en un futuro cercano a dirigir los destinos del país.

Dos carismas distintos en el PLD, el de Danilo y Leonel.

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