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Liderazgo vs Clientelismo - Gobernanzas

miércoles, 16 de marzo de 2011

Llegó Papá: pero ahí se quedará


Por Jesús Belén

El expresidente Hipólito Mejía acaba de ganar el pasado proceso convencionario del PRD a su opositor Miguel Vargas Maldonado. Para muchos neófitos de la política vernácula, o sencillamente para los que prefieren analizar las contiendas electorales al margen del marketing político estratégico, lo que terminó fulminando a Vargas Maldonado fue el inodoro, incoloro e insípido slogan: Llegó Papá.

Falso de toda falsedad. Una campaña electoral requiere de un conjunto de herramientas y técnicas de investigación que cuando estas son vinculadas con la planificación, la información y una buena gerencia de estrategias de campañas, podemos decir que se pueden lograr buenos resultados a la hora de evaluar la convención interna de un partido    unas elecciones nacionales.

Hipólito no ganó la convención del PRD. Sencillamente, Miguel Vargas la perdió.  El equipo político de Vargas Maldonado no se hizo acompañar de gerentes estrategas de campaña. No utilizó las técnicas de investigación para planificar sus acciones políticas, sus estrategias de comunicación y sus estrategias de publicidad. Junto a esto, su perfil de patrón mandamás no logró conectar con las bases del glorioso PRD.

Algunos seguidores del candidato perredeista, Hipólito Mejía, cargados de euforia y fanatismo triunfalista, aseguran que su triunfo en la convención interna del partido del jacho, lo extrapolarían a las elecciones nacionales del 2012, y que le provocarían una segunda derrota al seguro candidato del PLD, Danilo Medina. Dulce sueño, amarga realidad.

La base del PRD quiere que su partido llegue al poder para comer donde se guisa.  Y como mal comido no piensa, así como el martirologio y el arrepentimiento concitan cierto perdón y amor con penas, las olas arrolladoras del PRD, convertidas en tsunami, arremetieron contra Miguel para proteger a Papá Hipólito. Lógica política de la realidad interna de ese partido.

Los resultados de la pasada convención perredeista nos brindan un lindo escenario: un candidato sin partido y un partido sin candidato. Hipólito Mejía ganó limpiamente esas internas, pero Miguel no lo acepta y dice que le hicieron trampa, que 200 mil peledeistas votaron por Hipólito, que la Comisión Organizadora de la Convención se vendió y blá, blá, blá. Hipólito, por un lado, tiene la candidatura y Miguel está parado en la otra esquina con la estructura institucional del partido. Eso es justamente el PRD.

Hipólito Mejía llegó donde quería llegar: ser candidato y nada más. Sabe que no tiene ni la más remota posibilidad de ganar unas elecciones nacionales en un país del que hace pocos años se burló y maltrató, desgobernó y desprestigió en todos los escenarios internacionales. Un PRD que no puede ponerse de acuerdo así mismo no merece la oportunidad de dirigir un país que está marchando por la ruta del progreso y la estabilidad.

El precandidato del PLD, Danilo Medina, ha dicho en reiteradas oportunidades: “yo no quiero ser solo candidato de una fracción del PLD, quiero ser el candidato de todo el partido y presidente de la república”. Por estas razones nunca cayó en dimes y diretes con el presidente de su partido y presidente de la república, Leonel Fernández, como querían algunos sectores internos y externos. Hay que terminar diciendo: Danilo Medina se las trae, sabe que está en su momento y no quiere traumas ni ruidos que pudieran afectarle la real posibilidad de llegar a la presidencia de la república en mayo del 2012.

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